martes, 24 de diciembre de 2013

Literatura hispanohebrea "YEHUDA AL. HARIZI"

Imagen de una maqama de "al Hariri"


YEHUDA AL. HARIZI

La compleja gramática clásica de la lengua hebrea, originó poesías de difícil compresión. Hubo que esperar hasta el siglo X para que se produjera en al-Ándalus un verdadero renacimiento en la literatura hebrea, como consecuencia del renacimiento de la cultura hebrea en general. Y fue la ciudad de Córdoba la cuna de este importantísimo acontecimiento. El profesor Peréz Castro, en nuestra universidad, señala que los hispanohebreos fueron capaces de desarrollar durante los siglos medievales, que en otros países han podido recibir la denominación genérica de “Edad Negra” o “Sombría”, todas las posibilidades del espíritu, del intelecto, del sentimiento humano, sin cohibirlos ni limitarlos.
Moseh ibn ´Ezra menciona la superioridad de los judíos en Al- Andalus, subrayando la gran importancia que tuvo para tal superioridad el aprendizaje de la lengua árabe y su dominio por parte de los judíos andalusíes, que estudiaron y comprendieron su gramática. Esto les llevó a profundizar en el conocimiento de su propia lengua, la hebrea, y a descubrir sus secretos, dando origen a la propia gramática hebrea. Así que al-Ándalus es un periodo de esplendor para la literatura hebrea. Sin embargo, la actividad literaria de los judíos asentados en España no nos es conocida más que a partir del s. X. La conquista musulmana de Hispaña fue favorable a los judíos, que entraron en comunicación directa y permanente con sus hermanos del oriente islámico y supieron aprovechar los valores formales y temáticos de la literatura árabe, que se había enriquecido con la de los pueblos que se habían anexionada al imperio musulmán.  Una de las grandes figuras en la literatura hebrea andalusí fue nuestro personaje, el autor y traductor hebreo Yehuda al- Harizi.

En algunos manuscritos aparece su nombre como, Yehuda ben Shelomo ben Al- Harizi. Yehudá al-Harizí nació en la segunda mitad del siglo XII, son muy pocas las noticias con que contamos acerca de su vida. No hay acuerdo acerca del lugar de su nacimiento: para algunos, nació cerca de Barcelona; su familia era oriunda, probablemente, de Granada. Al- Harizi, más tarde se marchó a Toledo y allí adquirió sus grandes conocimientos en lengua y cultura árabes. Por tanto, nuestro personaje recibió una buenísima educación y enseñanza, una formación literaria favorecida, de modo que él decía: “en mi juventud solía llamar a las puertas de los sabios y de los hombres ilustrados, acostumbraba a permanecer vigilante junto a las puertas de los intelectuales y de los jueces, con la finalidad de recoger las perlas de sus dichos”. Vivió entre Toledo, Cataluña y el Sur de Francia. Del mismo modo La familia de la que procedía al- Harizi disponía de una situación económica holgada. Él mismo decía en una de las ocasiones: “en los días de mi juventud tuve riqueza y fortuna, poder y opulencia”. Nuestro personaje recorrió África, Europa y Asia, en concreto Oriente Medio, donde llevó a cabo sucesivas estancias en Egipto, Palestina, Siria y Mesopotamia. Hubo en Harizi mucho de espíritu aventurero, mucho de espíritu inquieto. Escribe: “cuando salí de mi tierra, me propuse como uno de mis objetivos contemplar las maravillas del mundo y que ninguno de sus secretos me quedaron oculto”. En otra ocasión escibe: “Dios movio mi espíritu a montar naves, caminar por desiertos, por montañas llenas de leopardos y guaridas de leones, dejando abandonada y desamparada la casa de mis padres”. En cuanto a su dominio de las lenguas hebrea y árabe le hizo acreedor de un gran prestigio, ya que ello le permitió realizar una gran labor como traductor. Una labor necesaria, debido, por un lado a un éxodo importante de la población judía hacia tierras cristianas, a mediados del siglo XII. Y por otro lado, con la perdida de territorios musulmanes en manos de los cristianos, la lengua árabe en al Ándalus entra en crisis, estaba perdiendo su prestigio, por eso surgió la necesidad de traducir todas aquellas obras escritas en la lengua árabe a la hebrea. Al Harizi pretendió emular en lengua hebrea los logros artísticos y expresivos alcanzados por obras escritas en árabe. Por tanto su actividad literaria tuvo dos vertientes diferenciadas, una como traductor y otra como creador literario. Como traductor, desplegó un trabajo considerable. En la introducción a su traducción hebrea del comentario de Maimónides al primer orden místico, Zera´im (Las Semillas), dejó marcadas las pautas de la traducción. En principio pretendía una traducción literal, pero, cuando ésta no era posible, hacía prevalecer la captación y salvaguardia del sentido. Al- Harizi escribía: “la normativa de la traducción que sigo, el camino por el que yo ando. Yo traduzco en la mayoría de los lugares palabra por palabra, pero corro para alcanzar primeramente el sentido…. Cuando me sobreviene en la lengua santa una palabra más difícil que otra, la cambio, le quito su señorío y le entrego el reino a la otra compañera que es mejor que ella. A toda palabra árabe, que quiero trasladar, le asigno cuatro o tres palabras (en hebreo) y sigo a la mejor de todas ellas…. Los sabios de todas las lenguas están de acuerdo en que no se puedes traducir un libro en tanto que (el traductor) no conozca tres cosas: 1. El secreto de la lengua de cuyo dominio traduce, 2. El secreto de la lengua a la que traduce, 3. El secreto de la ciencia cuyas palabras interpreta” por otra parte, al- Harizi en la macama 18 señala las siete condiciones que debe satisfacer la buena poesía, algunas de cuyas normativas tienen perfecta aplicación en la traducción. Dice: “el poeta ha de excluir de la poesía las palabras extrañas; ha de mantener el metro del poema; ha de expresarse con un estilo vigoroso; ha de evitar los errores gramaticales, y ha de depurar mucho, desechando, escogiendo solo treinta de cincuenta”. En resumen, podríamos decir que al- Harizi en sus traducciones literarias así como las maqamas del Hariri fue más libre, mientras que en las traducciones de tipo religioso fue más cuidadoso.
En lo referente a las narraciones en prosa rimada, como mencioné anteriormente, la literatura  judeoandalusí adoptó las reglas y las imágenes de la literatura islámica. 
Primeramente vamos a ver ¿qué significa maqama?
Es el estilo literario basado en la literatura árabe. La palabra maqama pasará a designar cualquier ejercicio retórico, proviene de Say´, un género literario surgido en oriente, durante la dinastía abasí, que significa prosa rimada. Está a medio camino entre prosa y verso, de belleza deslumbrante de ritmo y de expresión de la salida. Inspirado por cualquier motivo: narra un suceso de mínima importancia, o los azares de un viaje. Esa prosa de arte fue la materia precisa con que modelaron sus obras los primeros autores de maqamat, en que corren parejos la retórica más florecida y el léxico rebuscado al servicio de una temática original y divertida que es uno de los máximos títulos de gloria de las letras árabes.
Al-Hamadani, es el padre de ese género y su imitador fue al- Hariri, cuyo principal exponente fue Abu Muhammad al-Qasim Ibn Alí al-Harirí (1054-1122), perteneciente a la denominada "Escuela de Bagdad".
Como los árabes de al Andalus siempre estaban pendientes de las novedades científicas y literarias en oriente, en seguida contó con adeptos, primero entre los hispanoárabes y más tarde entre los hispanohebraicos. Para terminar, ese nuevo género literario marcó una gran influencia de la literatura árabe en la hebrea. Por tanto, centrándonos en la literatura hebrea andalusí, la maqama fue adaptada por los hispanohebraicos, los cuales comenzaron a escribir relatos de este tipo motivados por dos fines: uno de ellos, es el de entretener a los lectores, y el otro, el de emular a los árabes intentando demostrar que el hebreo era la lengua superior a todas las demás. Los escritores hebreos utilizaron el termino mahbat, que significa (“composición”) para traducir la palabra maqama y su plural mahbaror para designar el conjunto de ellas. El género de la maqama llega a su completo desarrollo y mayor perfección en la literatura hispanohebraica con nuestro autor Yehuda al- Harizi, a través de sus producciones.
Al- Harizi realizó la traducción al hebreo de las maqamas árabes de al- Hariri con el título hebraico de “Mahbarot Itiel”, pero luego al- Harizi se arrepintió de haber hecho una traducción en lugar de haber compuesto su propia obra. Decía: “me había dado prisa en guardar la viña de los extraños y no había guardado mi propia viña”. Fue entonces cuando compuso su propia obra en este género, el Sefer Tahkemoni, colección de cincuenta y dos maqamas en prosa rimada, con algunos poemas intercalados. Recoge relatos, sermones, narraciones de viaje, fábulas y poemas religiosos, filosóficos y profanos. Sin duda la más importante muestra del genero en la literatura hebrea.
El Tahkemoni comprende cincuenta y dos maqamas, el contenido de cada una o relato es muy diverso, desde lo profano a lo religioso, y desde la seriedad a la chanza o a la broma. Entre los recursos literarios que utiliza, cabe destacar el género literario de la disputa, las justas poéticas, las cartas de doble sentido, poemas uncidos, etc. Siguiendo el modelo árabe, y especialmente el de al- Hariri, su estructura se basa en un narrador que relata distintos episodios a la vez entretenidos e instructivos de distintos protagonistas. El personaje más curioso es Heber el quenita. Es el héroe del relato y, por tanto, el protagonista en todos los relatos. Es mezcla de pícaro y sabio. Unas veces se presenta como anciano, otras como joven, otras como célibe, otras como padre. Otro personaje es Hemán, viaja de un lugar a otro. Ambos son amigos. Al principio el narrador, testigo presencial de los hechos que va a encontrar, sitúa la acción en un lugar determinado, generalmente en tierras de oriente, donde él se halla. Unas veces se trata de una ciudad concreta, en otras se encuentra de camino realizando algún viaje. Generalmente todos los capítulos comienzan describiendo el encuentro del narrador con el pícaro Heber. En muchos de ellos el narrador no le reconoce, ya que son muchas las personalidades que pueden adoptar su amigo y los disfraces que utiliza.
Las motivaciones que llevaron al- Harizi a componerlo es que quería conseguir producir en lengua hebrea una obra que aventajara a la de al- Hariri para demostrar que el hebreo era superior a todas las lenguas. La importancia del Tahkemoni radicaba en que era la fuente bibliográfica para el conocimiento de la literatura hebrea de la época. Probablemente redactada en sus viajes por Oriente y destinada a los judíos de aquellas comunidades, a pesar de que no se escribiera en al –Ándalus, refleja las principales características de la escuela literaria andalusí. En cuanto a su lengua, tanto la lengua como las citas que aparecen, proceden de la Biblia. Sin embargo, las utiliza de forma muy libre y alejada del contexto original. Asimismo, dota al texto de una gran belleza lírica. De este modo, estos dos trabajos mencionados fueron los que le valieron mayor fama y prestigio.
En el campo de la prosa rimada, Al- Harizi no solamente tradujo obras de autores árabes, sino también de autores judíos que redactaron sus obras en árabe, como Moreb Nebukim, que significa (“Guía de perplejos”) de Maimónides, obra que fue traducida poco antes de su nueva versión hecha por Samuel b. Tibbon. Al- Harizi enriqueció la traducción con dos capítulos, en uno recogía todos los términos hebreos raros que había incluido en la traducción y los explicaba; en el otro explicitaba el contenido de cada uno de los capítulos del Moré, a fin de que cualquier persona encuentre en el primer capítulo la explicación de toda palabra que no conozca y en el segundo haya el contenido de la obra, la materia de sus capítulos y partes. Algo que a Samuel b. Tibbon le molestó. Otra traducción de Maimónedes fue el comentario de Maimónedes al seder Zera´im, primer orden místico, las semillas (zera´im). La traducción fue hecha en vida de Maimómendes, solo queda de ella la introducción y los cinco primeros tratados.
Otra labor traductora de Al- Harizi, de la lengua árabe a la hebrea se centra, por ejemplo, en "Los dichos de los filósofos", de Hunayn ibn Ishaq, en una carta atribuida a Aristóteles, en varios tratados de filosofía y medicina, en el "Libro sobre el alma" del Pseudo Galeno". Hay que destacar aquí que sobre esa versión hebrea de al- Harizi del árabe al hebreo, fue traducida al latín.
Entre su colección de las traducciones del árabe encontramos obras de Aristóteles, como, en primer lugar, “El libro de la administración del reino, que escribió Aristóteles al rey Alejandro”. Y en segundo lugar, “Epístola Moral de Aristóteles”. Se trata de un escrito moral.
Como producción original propia cuenta al- Harizi con una amplia obra poética tanto en el campo de la poesía secular como en el de la religiosa. Escribió también un libro de poemas, llamado Sefer ha-`Anaq, que significa (“Libro del collar”), en el que emplea la rima paronomástica. Se trata de una cadena de 257 estrofas, generalmente de dos versos, ordenados por orden alfabético según comienza la palabra de la rima.
Al parecer compuso también poemas en árabe.

En conclusión, destacaríamos de este trabajo lo siguiente:
-La importante labor de este personaje en el campo de la traducción, ya que nos ha legado un auténtico tratado;
-La similitud de ambas lenguas, hebreo y árabe, ¡cómo no y ambas son semíticas! O sea la gran ayuda que supone el profundo conocimiento de una de ellas para poder estudiar la otra.
-El enorme valor de las traducciones semíticas, que sirvieron como base para las traducciones latinas y de ahí, su difusión posterior por toda Europa.

Realizado por Ranim Solayman

No hay comentarios.:

Publicar un comentario