Llamas heladas de fuego atacan mi conciencia .....
Queman al ser humano en mi interior......
Y en uno inconsciente me convierten.....
Ojalá que algún día, aquellos Tiempos lejanos volvieran.....
Y aun que sea para una hora, la juventud volviera......
Ojalá que la arrogancia regresará,
y dentro de su concha descansará.......
Que el enganiado corazón, a sus rostros recogiera.....
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!Oh cruel, no ensucies mi inocente mundo......
No pintes mis ojos en la vileza de tu pasado.....
Ve lejos, y que sepas una cosa;
al morirme me mantendré de pie.........
al morirme me mantendré de pie.........
Como los altos montes me moriré digna........
Y Como aquellos rugidos vientos silbaré..........
Moriré cantando para la muerte y para la vida........
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Oh apuñalador, no apuñales mi transparente alma......
Oh, abrumador ya no pises mis bellos sueños.......
Ya no ensangres más, mis heridas........
Oh verdugo, basta dando latigazos a los trinos de mi voz.
Soy la pura
La pacifica
La soñadora
Soy la voz de la conciencia
Soy el yazmín.........
!No cualquiera!..........
Sino la siriana........
Y tú, no eres nada más que un cardo......
Un cardo enganchado en el vientre de una rosa.......
Eras como una rosa, ahora eres el veneno de la rosa......
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Oh, enterrador de aquellos inocentes sentimientos, ahí en tu lejano palacio, mágico, situado en la curva del valle de aquel perdido pueblo........
Ve lejos, déjame silenciosamente............
Yo ya decidí aislarme..........
Alejarme..........
Y sobre el umbral de mi infancia descansarme .
Descansarme en paz para toda la vida y para toda la muerte.......