Al principio de la Edad Media, los historiadores
musulmanes escribían historias universales que abarcaban desde la creación del universo hasta la
historia del profeta Mohamad.
Pero a partir de la segunda mitad del s. X observamos un
cambio importante en la historiografía gracias a la razón griega, que
había entrado de lleno en esta área.
A partir de entonces, la historia tenía que referirse a
la situación del hombre en la sociedad.
En el s. XIII apareció una de las obras más grandes y
famosas de esta ciencia; así como, uno de los más importantes
teóricos de la historia de la humanidad, el norteafricano, de origen
hispano-árabe, Ibn Jaldún.
Cabe
mencionar que el nombre de un árabe medieval, por su forma, es una
especie de biografía resumida. En él se incluye tanto los nombres del padre,
del abuelo y del tatarabuelo, como el nombre de los lugares donde la familia se
había asentado anteriormente.
En el
caso de nuestro autor, procede de su antepasado más lejano, Ibn
Jaldún.
Entonces su
nombre completo es
عبد الرحمن, بن محمد, بن جابر, بن
محمد, بن ابراهيم, بن عبد الرحمن, الحضرمي, الاشبيلي
En cuanto
al topónimo mencionado en su nombre se pueden señalar dos aspectos:
En primer
lugar, الحضرمي –
“al Hadrami” de “Hadramwt”, en el sur de la Península Arábiga.
Esto
indica su ascendencia árabe meridional.
En segundo lugar, الاشبيلي “Al Isbili”,
significa el sevillano. Su familia era dueña de la Hacienda de Doña María (en
la actualidad dos Hermanas en Sevilla), la cual, y antes de la toma de Sevilla
por Fernando III de Castilla en 1248, cruzó el estrecho y se estableció en
Ceuta. Pero, finalmente, regresó a Túnez, donde había nacido Ibn Jaldún en el 1
de ramadán
del año (del calendario musulmán) 732 h (7 de
mayo de 1332, según el calendario gregoriano).
Falleció a los 78 años, en ramadán también
del año 808h (19 de marzo de 1406).
Ibn Jaldún fue un historiador, sociólogo,
filósofo, economista, geógrafo, demógrafo y estadista musulmán. Por ello es
considerado como el padre de la sociología y uno de los fundadores de la
moderna historiografía, filosofía de la historia, economía, demografía y de las
ciencias sociales en general.
Es fundamentalmente conocido por su
obra Muqadima o Prolegómenos a su vasta
historia de todo el Oriente Medio, el norte de África y el al-Ándalus, que
constituye un temprano ensayo de filosofía, historia y sociología.
El desarrollo profesional,
científico y político de Ibn Jaldún:
Etapa/
fase 1:
Quiero recordar, en primer lugar, que la
enseñanza de su época estaba basada fundamentalmente en el aprendizaje del
Corán, del hadith, de la lengua árabe y, posteriormente, Ibn-jaldún añadió
estudios de filosofía e historiografía.
En segundo lugar, Túnez en aquella época fue
un centro cultural que atraía a muchos sabios y maestros.
Esto explica el haber recibido durante su
infancia una gran enseñanza a manos de grandes maestros, bajo la dirección de
su propio padre. Estos estudios y conocimientos que habían sido adquiridos en
esa primera etapa de su vida, fueron parte de su formación intelectual y
parecen haber influido poderosamente en la estructura de su pensamiento
científico.
Entre los maestros de Ibn-Jaldún durante su
infancia y adolescencia, se puede destacar a:
1. Al-hadrami:
El maestro de lengua árabe y estudios del islam “Corán, Hadith y Fikh”.
2. Al-ibili:
El maestro de filosofía. Y otros más.
A los 17 años fallecen sus padres por la
epidemia de Peste Negra que afectó a Túnez en 1348. Este terrible
acontecimiento interrumpe violentamente esta primera etapa de su formación,
aunque no detuvo en modo alguno su carrera como político y hombre de letras.
Por esta razón tuvo que abandonar el país.
Etapa/fase 2: desde 1348 hasta 1375:
Su vida transcurre muy agitadamente en
diversas ciudades del norte de África, ocupando diversos cargos al servicio de
diferentes sultanes y completando su formación intelectual.
Es especialmente relevante, cuando
se quedó en Fez, donde, además de profundizar en las ciencias tradicionales y
en la filosofía, tomó contacto con materias como las Matemáticas, la
Astronomía, la Astrología y otras afines.
Etapa/fase 3: desde 1375 hasta su muerte en 1406:
En 1375, cansado de sus aventuras
políticas, dedica el resto de su vida a estudiar y reflexionar sobre los
hechos sociales, económicos e históricos y decide retirarse a la fortaleza
de Ibn Salama, en Argelia, en la que pasó cuatro años dedicado a la redacción
de su gran obra histórica. Luego se fue a Egipto, donde se dedica a la
enseñanza y al ejercicio de la judicatura como cadí o juez.
Finalmente, en 1406, murió Ibn Jaldún en El
Cairo.
Ibn Jaldún fue desconocido durante siglos y
sólo empezó a ser leído en occidente a partir del s. XIX.
Además se le considera el único pensador
entre la mente africana- San Agustín y Hegel, que se ha planteado a fondo el
problema de la historia. De ahí la importancia que tiene el estudio de su obra.
“al-Muqadima” Introducción a la historia universal:
El libro
está dividido en seis tratados, el primero de ellos es la Muqaddima o Prolegómenos:
El título
de esa obra principal:
كتاب العبر وديوان
المبتدا و الخبر في ايام العرب و العجم و من عاصرهم من ذوي السلطان الاعظم
(Kitābu l-ʕibār wa Diwānu l-Mubtada' wa l-Ħabar fī
Ayyāmu l-ʕarab wa l-Ājam wa l-Barbar wa man ʕĀsarahum min ĐawIu s-Sultānu l-Akbār)
(La evidencia, registro de los inicios y eventos de los árabes,
bereberes y persas y sus poderosos contemporáneos.)
La Muqadima prologa
al resto de la obra, aunque posteriormente se ha tratado como una obra
independiente.
Debido a ser una obra bastante extensa,
la voy a explicar en dos partes:
Primero, desde una visión general
de toda la obra y luego, hablaré profundamente de los capítulos II y
III, explicando su concepto de cohesión y su vínculo con
el término de Estado fuerte ( de un Imperio).
Ibn Jaldún añadió estudios de filosofía e
historiografía que, en cierta manera, sería similar al que siglos después se
establecerían por distintos autores más modernos.
Debido a su análisis de los conflictos
sociales, sociólogos modernos de la teoría del conflicto como Ludwig
Gumplowicz, Gustav Ratzenhofer y Franz Oppenhereimer han demostrado un
creciente interés en Ibn Jaldún. Sobre todo, por la importancia del método de
conocimiento racionalista empleado por Ibn Jaldún, del todo acorde con su
condición de creyente, pero sin subordinar el conocimiento y la interpretación
de la realidad a las descripciones contenidas en el Corán o en los hadices.
En el libro sexto del Muqaddima o
los Prolegómenos, queda claro que es la reflexión basada
en la experiencia, lo que permite literalmente al hombre hacerse tal, por
encima de un mundo animal sujeto a los sentidos. Cabe admitir por cuestión de
fe una forma de conocimiento superior, estrictamente espiritual, propio de los
ángeles, pero sin incidencia alguna sobre el conocimiento humano. Es
sobradamente conocida la utilización de este criterio para explicar el carácter
cíclico de las civilizaciones, y centrándonos en su núcleo, la interacción
conflictiva entre el modo de vida nómada y el urbano o civilizado.
Lo es menos la profundización que lleva a
cabo Ibn Jaldún en el análisis de una vida nómada, adscrita al mundo árabe, sin
concesión alguna y en la cual va incluida una interpretación de la génesis del
Islam de cuya vigencia dan cuenta especialistas como Patricia Crone. Dotado de
una fuerza propia, derivada de la cohesión grupal o asabiyya, el mundo árabe
nómada es violento, depredador y en principio incapaz de formar un imperio.
Todo cambia, sin embargo, cuando sobre esa rudeza de costumbres incide la religión
llevada por un Profeta a sus corazones: "Entonces la unificación más cabal
se lleva a efecto entre ellos poniéndolos en condiciones de efectuar las
conquistas y de fundar un imperio."
En cuanto a los aportes a la economía de Ibn
Jaldún, se incluye el descubrimiento de la dinámica de los mercados. Analiza
también conceptos económicos fundamentales como población, precio, beneficio,
lujo, y formación de capital. Además traza las interpretaciones entre ellos.
En los capítulos II y III, nuestro autor trata
del surgimiento, del nacimiento y de la creación tanto de la jefatura como del
poder real y sus tipos, interpretando la historia desde el punto de vista
socio-político:
Según Ibn Jaldún, es importante
diferenciar entre el liderazgo y el poder real. Ya que
El liderazgo: es la capacidad de convicción,
y quien la posee es seguido, pero no tiene sobre los demás fuerza ejecutiva
para imponer sus decisiones.
Mientras que el poder real: implica
superioridad y fuerza ejecutiva.
Esa superioridad es algo que va más allá del
liderazgo.
Puesto que el poder real es una posición
noble y deseable que contiene todos los bienes de este mundo – los placeres
corporales y las delicias espirituales- , y por ello hay gran competencia por
alcanzarlo y raramente alguien lo cede voluntariamente a otro. Esto genera
disputas, luchas, peleas e intentos de dominio tribal.
Llegados
a este punto, se pueden plantear varias preguntas:
¿Cómo se alcanza ese poder real?
El poder
se alcanza con la superioridad, y la superioridad sólo se alcanza con la
cohesión; y cuando dicha cohesión desaparece, desaparece el poder.
¿Qué es la cohesión?
La assabia significa espíritu de
clan, espíritu de grupo, solidaridad entre los miembros del mismo y fuerte
vínculo.
Para Ibn Jaldún al assabia “la cohesión” es
el motor de la historia social para muchas comunidades, sobre todo,
árabes. La cohesión siempre acompaña a la vida beduina, más que a la
urbana. Para que exista dicha cohesión, debe de haber una relación de
parentesco por lazos de sangre. Porque la unión entre los de la misma
sangre es la que se da naturalmente en la especie humana, sobre todo, cuando el
parentesco siente en sí mismo la afrenta por la injusticia hecha a su pariente
y el asunto de cada uno de ellos es sentido como propio por sus parientes, y la
fraternidad hacia él es lo más importante. Esta solidaridad entre los miembros
del mismo clan o tribu genera unión y contacto íntimo. Una vez que este grupo
tenga cohesión fuerte entre sus miembros pasa a ser su defensa y protección.
Dios ha puesto en los corazones de sus siervos la solicitud y el afecto hacia
los parientes y los allegados como algo propio en la naturaleza humana. Esto
hace que aumente el miedo que hacia ellos sienten los demás grupos. En este
caso, el liderazgo no puede darse más que si existe superioridad, y la
superioridad sólo puede manifestarse a través del espíritu de clan. Sin duda
alguna el liderazgo sobre un pueblo lo ejerce el grupo que manifiesta un
espíritu de clan superior al de todos los demás, ya que cualquiera de esos
grupos, cuando nota la superioridad de ese espíritu en el líder de aquel, se
muestra dispuesto a someterse a él y a seguirle y todos estos grupos se
convierten en un gran grupo tribal único.
Así, pasamos de la tribu y el liderazgo, o
sea al estado de una comunidad más grande, que une a todos los grupos en un
pueblo único y de esta forma, posee el poder real. Aun con
todo, el comienzo de la dinastía –una vez que ha llegado a dominar amplios territorios- tiene,
en sus comienzos, dificultades para someter las voluntades y dirigirlas. A
menos que posea una fuerza coercitiva suficiente, ya que dicha dinastía resulta
extraña y la gente no está acostumbrada a su dominio ni habituada a soportarlo.
Pero, una vez logrado el poder presentado por
un líder que ejerce la autoridad (o sea, ejercer el gobierno y el poder sobre
toda la comunidad en una determinada sociedad), la probidad es fundamental, ya
que, a su vez, ese gobierno y ese poder deben ser garantía para la creación
y representación de Dios entre las criaturas, para que sus leyes sean
cumplidas.
¿Cómo se protege la
cohesión?
Realmente la religión, a través de la ayuda
de Dios, es la que une los corazones y los deseos.
Dice Alá: “لو انفقت مافي الارض جميعا مالفت بين قلوبهم
Significa: Tú, aunque
hubieras gastado todo cuanto hay en la tierra, no habrías sido capaz de
conciliar los corazones. O sea,
cuando los deseos y los corazones se presentan en la dunia (el
mundo terrenal), las rivalidades surgen y las disensiones se propongan. Sin
embargo, cuando se vuelven hacia la verdad, y rechazan el mundo y su falsía, y
se dirigen hacia Dios, todos coinciden; y la colaboración y la ayuda mutua
aumentan. Con ello se generaliza la elevación de las aspiraciones y la dinastía
se engrandece.
En resumen, la impregnación religiosa hace
que desaparezcan las rivalidades y se adquiera la conciencia de que
el sentimiento es unánime y el deseo es sólo uno. Por él están dispuestos a
morir. Entonces, las leyes que Dios ha impuesto
a lo que él creó y a sus siervos, sólo sirven
para el bien y conducen al progreso, como atestiguan las normas religiosas.
Mientras que las leyes humanas no provienen más que de la ignorancia de la
verdadera religión o del demonio, y se oponen a lo presentado por Dios -alabado
sea- y a su poder.
En resumen, un buen Estado une a estos
cuatro elementos: (gobierno + poder + probidad + religión).
¿Cuándo desaparecen el estado
y con él la cohesión?
Cuando el liderazgo queda establecido en los
miembros de una familia determinada, la que ejerce el poder, y es heredado por
uno tras otro de sus miembros a lo largo de numerosos descendientes y sucesivos
reinados, las mentes olvidan lo que sucedió.
Esto es, se olvidan de las
dificultades a las que se enfrentaron las primeras generaciones, quienes
realmente fundaron y crearon una dinastía. Así, no necesitan de demasiada
cohesión para mantener su autoridad. Esto es porque, durante este
tiempo, mantienen su autoridad y su dinastía, pero empiezan a entrar en la
esfera de poder clientes y beneficiados, que
medran a la sombra del grupo dominante y de su poder. O sea, con ayuda de
familias ajenas a la suya propia, que entran a formar parte de su
clientela. A su vez, los deseos se derivan a la dunia (vida
terrenal).
Un ejemplo de ello, son los omeyas de
al- Ándalus: cuando la cohesión tribal desapareció entre los árabes, surgieron
los reyes de taifas que tomaron el poder, dividieron el territorio, lucharon
entre ellos y se repartieron el reino. Cada uno se adueñó del territorio que
dominaba y se ensoberbeció. Y adoptaron nombres honoríficos de reyes y
vistieron sus marcas distintivas, seguros de que nadie pretendería quitárselos
ni cambiárselos. Entonces, mantenían su autoridad con la ayuda de clientes
y beneficiados, de gentes llegadas a al-Ándalus desde la otra orilla
y pretendientes a tribus beréberes.
Finalmente, se debilitó la cohesión entre los
árabes y los demás se hicieron el amo del estado.
¿Qué son las Edades de las
Dinastías según nuestro autor?
Es bien sabido que la vida natural de las
personas, según sostienen médicos y astrólogos, es de 120 años. Y como la edad
puede ser diferente dentro de cada generación; las anteriores vivían casi 100
años, mientras que las de otros son de 50, 70 u 80. Para esta
comunidad nuestra (la denominada Umma musulmana), las
edades oscilan entre 60 y 70 años, tal como afirma un hadiz.
Por regla general, una dinastía no supera la
edad de tres generaciones; entendiendo por edad, la de un individuo cuando
alcanza su punto medio, que es de 40 años. Dijo Dios: حتى اذا بلغ اشده وبلغ اربعين سنة .
Significa: Hasta que alcanzó su
madurez y cumplió cuarenta años. Por eso, afirma que la edad de un individuo se corresponde con
la de una generación.
Asimismo, hemos dicho que la edad de una
dinastía no sobrepasa normalmente la de tres generaciones.
I. La primera generación:
Mantiene las características propias del desierto:
§ su dureza y su carácter indómito.
§ Lo que es soportar las privaciones, la valentía, la
fiereza y el sentimiento de orgullo compartido.
Y todavía existe la cohesión tribal y las gentes se les someten.
II. La
segunda generación:
§ Modifica su comportamiento con el poder y el lujo:
se acomoda a la vida sedentaria, pasa de las privaciones al bienestar y a la
abundancia.
§ Pasa de compartir la gloria, a quererla cada
uno para sí.
§ La fuerza de la cohesión tribal se quiebra en
cierta medida.
§ Queda mucho de lo antiguo, porque tienen contacto
con la primera generación, conocen sus principios, y son testigos del orgullo,
la gloria y de su determinación para defenderse y protegerse.
§ El abandono de todo esto no se sucede de una vez.
III. La tercera
generación:
§ Se olvida totalmente del
desierto y de su rudeza.
§ Pierde la dulzura del honor y de
la cohesión del grupo.
§ El lujo alcanza en ellos su
límite cuando se habitúan a las comodidades de la vida y se convierten en
personas a cargo de la dinastía.
§ La cohesión desaparece
totalmente y se olvidan de la protección, de la defensa y de sus deseos de
nuevos conquistas; por tanto, buscan ayuda en otros más valientes, así aumentan
el número de sus clientes, quienes dan a la dinastía un cierto
grado de seguridad. Hasta que Dios permite que se extinga y desaparezca la
dinastía y lo que ella mantiene.
IV. La cuarta
generación:
Desaparece el prestigio. La duración de estas tres generaciones
es, como ya he dicho, de 120 años.
Finalmente, Quería presentar un texto de
nuestro autor en el que expresa su deseo, con respecto a su gran obra, de que
otros continúen y desarrollen sus teorías.
Escribió literalmente en una página
escasa:
Casi nos hemos alejado de nuestro objetivo. Por eso nos
hemos decidido a poner fin al discurso en este libro primero, que versa sobre
la naturaleza de la civilización y aquello que le afecta. He agotado
aquellos problemas que sobre ello se plantean de una manera que considero
suficiente. Quizá venga después de mí alguien, favorecido por Dios, con un
pensamiento correcto y con un conocimiento claro, que profundice en sus
problemas muchos más de lo que nosotros hemos escrito. No es propio de quien
pone de manifiesto una parte de la ciencia, clasificar sus partes y aquello de
lo que se habla en ella. Los que vengan detrás añadirán poco a poco otros
problemas hasta que ella se perfeccione. Dios sabe y vosotros no sabéis.